"A Ferlosio le gustaba especialmente una fábula recogida por Georg Simmel. Cuenta la fábula que un campesino, en su lecho de muerte, confiesa a sus hijos que en las tierras que les deja en herencia hay escondido un magnífico tesoro. Los hijos cavan y cavan durante años, creyéndole, pero no encuentran nada. Sin embargo, al cabo del tiempo, su empeño incansable, en apariencia estéril, renueva de tal manera la tierra, que acaba triplicando asombrosamente sus frutos".
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