El despotismo ha sido la historia de la humanidad, y la novedad es la libertad que se ha gozado en una parte importante del mundo cuando se han desarrollado ideas racionales sobre el poder.
Si comparamos nuestra situación con lo que ha sido históricamente la humanidad, todavía estamos en ese proceso al que llamamos liberalismo, en el que el individuo importa, y tenemos que estar agradecidos de que sea así.
Si los pueblos no se ilustran, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía.