Tras los excesos navideños, enero se presenta como un buen mes para plantearse nuevos objetivos y hábitos, no solo de salud sino también financieros.
¿Piensas que deberías ahorrar más? ¿Crees que ahorras lo suficiente?
En mi opinión, el ahorro es una actitud, una filosofía de vida con un gran beneficio psicológico: nos permitirá vivir con más tranquilidad y seguridad. Pero, ¿cómo podrías aumentar tu ahorro? Comienza por evitar los siguientes errores.
Pensar que el ahorro no es importante
¿Sabías que una de las causas comunes de la depresión o la ansiedad son los problemas económicos? Para algunas personas ir de compras o gastar es una terapia o un antidepresivo natural; mientras están gastando de forma compulsiva no se acuerdan de sus problemas. Sin embargo, después llegan los cargos de las tarjetas, las deudas, el no poder llegar a final de mes. Todo esto se solucionaría teniendo tus finanzas ordenadas y un buen colchón para emergencias.
Mucha gente cree que el dinero no es importante, que hay cosas más importantes como la familia, el amor… pero solo cuando tienes dinero puedes permitirte disfrutar del resto de cosas que son verdaderamente importantes. Durante el confinamiento, solo si has tenido salud y dinero ahorrado has podido disfrutar de estar con tu familia, de jugar con tus hijos…
No buscar una rentabilidad a nuestros ahorros
Si tienes tus deudas canceladas y un colchón de emergencias que te permite dormir tranquilo, tienes que poner a trabajar al resto de tus ahorros. Debes invertir tus ahorros para obtener un rendimiento que supere, al menos, la inflación (para no perder poder adquisitivo). Fórmate, adquiere educación financiera y busca productos que se adapten a tu aversión al riesgo.
No revisar las cuentas, seguros, tarifas telefonía móvil
Mucha gente consigue ahorrar dinero con el simple gesto de pedir la devolución de comisiones indebidas cobradas en sus cuentas bancarias, cambiar los seguros a una compañía más barata, revisar la tarifa que pagan por sus teléfonos móviles, Internet, suministros.
No ser previsor
Si sabes que tienes que hacer un gasto extra, como por ejemplo el pago de un impuesto, una boda, los estudios de tus hijos, etc. intenta ahorrar ese dinero antes para que, cuando llegue el momento, no tengas que solicitar un préstamo. También para evitar las comisiones por descubierto, revisa que haya saldo en la cuenta cuando vengan los cargos de las tarjetas o recibos domiciliados.
Ahorrar lo que me sobre
Para evitar este error, preahorra. El preahorro es el truco infalible que te permitirá ahorrar. Consiste en destinar un porcentaje de tus ingresos a una cuenta independiente de los gastos comunes. Puedes incluir en tu presupuesto una partida destinada al ahorro, tómalo como un gasto más, como un impuesto que debes pagar todos los meses. Yo lo llamo “mi factura de tranquilidad financiera”.
Ahorrar de vez en cuando
Este es otro de los errores que cometemos. Ahorramos si hemos recibido un ingreso extra o si un mes hemos tenido menos gastos. Para evitar esto, automatiza. Programa una transferencia automática en tu banco para que cada mes al recibir tus ingresos destines un porcentaje al ahorro.
Vivir al día
¿Ahorrar o vivir la vida? La mayor parte de la gente no ahorra o ahorra poco. Mucha gente que vive al día se excusa diciendo que prefiere gastar el dinero hoy por si no llega a disfrutarlo.
Yo no creo que haya que elegir entre vivir miserablemente y ahorrarlo todo o ser un derrochón y gastarte hasta el último céntimo… Creo que hay que encontrar un equilibrio entre ahorrar y vivir la vida. No digo que sea fácil, pero se puede hacer. Gasta en aquello que te haga feliz y recorta en aquellos gastos que son superfluos o no te aportan nada.
No pensar en la jubilación
Mucha gente no ahorra porque confía en que el Estado se hará cargo de ellos. Pero tal y como está la situación, no sabemos si cuando llegue ese momento el Estado podrá garantizar una pensión. Y si las hay, es posible que sean por un porcentaje inferior al actual.
No tener un plan
Ahorra con un objetivo: comprarte una casa, un coche, hacer un viaje. Esto supondrá un extra de motivación, ya que cuando te surjan dudas de por qué ahorras siempre puedes recordar tu objetivo inicial.
Pensar que no puedes
Todo el mundo, salvo casos extremos, puede ahorrar. Comienza ahorrando una parte, aunque sea pequeña. De esta forma vencerás tu resistencia a ahorrar. Si crees que no puedes ahorrar, comienza ahorrando un céntimo el primer día, dos céntimos el segundo y así sucesivamente hasta que el último día ahorres 3,65 €. Con este gesto ahorras 667,95 €.
Comprar cosas que no necesitamos
Llevar un control exhaustivo de nuestros gastos nos permitirá detectar gastos superfluos. Si, además, hacemos limpieza en casa, nos daremos cuenta de que hay cosas que aún tienen la etiqueta puesta o que no hemos utilizado nunca. Tomar conciencia de esto nos permitirá hacernos preguntas del tipo: «Antes de comprar algo, piense: ¿qué pasaría si no lo compro? Si la respuesta es nada, no lo compre. Simplemente no lo necesita». (Warren Buffett)
Parálisis por análisis
No lo dejes para mañana pensando que ya ahorrarás cuando se acerque la jubilación. Ni te digas a ti mismo que no ahorras porque ganas poco. Piensa que hay más gente cobrando más o menos lo que tú, que consigue ahorrar; así que tú también puedes hacerlo. Lo importante es comenzar, crear el hábito. Ahorrar es como invertir, el mejor momento para empezar es ayer, el segundo mejor momento, hoy.
Para finalizar, la gente que vive al día piensa que el dinero restringe su libertad y que no gana lo suficiente como para tener que ahorrar. Y es justo lo contrario: cuando aprendas a administrar tu dinero empezarás a ahorrar. Y cuando demuestres que sabes manejar lo que tienes, tendrás más.
Si, llegado el momento, crees que ya no puedes recortar más tus gastos, es hora de pensar como aumentar tus ingresos.
«Nadie puede tener éxito en la vida sin ahorrar. No hay excepciones a esta regla y nadie puede escaparse de ella». (Napoleon Hill)
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