Ahorro e inversión
Medio

¿Cuál es el impacto de la inflación sobre nuestros ahorros y por qué es necesario invertir?

Sin duda, la inflación se ha convertido, durante los últimos meses, en una de las principales preocupaciones de gobiernos y ciudadanos. Y es que este incremento de precios generalizado supone un duro golpe para el poder adquisitivo, ya que va erosionando poco a poco el valor de nuestros ahorros.

Por tanto, saber exactamente qué es la inflación, cómo te afecta en la práctica y cuál es la mejor forma de combatirla, resulta vital para conservar o aumentar el valor de tu dinero. Te lo explico en detalle en este artículo.

Inflación: ¿qué es y cómo se calcula?

El gran aumento de la inflación española, al igual que en la mayoría de países de nuestro entorno, ha ocupado titulares durante todo el año 2022. Sin embargo, no todo el mundo tiene claro qué es la inflación ni, mucho menos, cómo se calcula.

Básicamente, podemos decir que la inflación es el incremento generalizado de los precios de los productos y servicios de una economía, durante un determinado período de tiempo. Para calcularla, suelen utilizarse magnitudes como el conocido IPC o «Índice de Precios al Consumo». En esencia, se trata de un indicador económico que muestra la evolución de los precios de los bienes y servicios que consumen las familias.

Por tanto, el IPC toma como referencia una «cesta de productos» cuya composición varía en función del país y del organismo que realice el cálculo. Así, en España, es el Instituto Nacional de Estadística (INE) quien se encarga de estos cálculos, a partir de una cesta compuesta por 955 productos de todo tipo (alimentación, ropa, vivienda, transporte, medicina, ocio, enseñanza, hostelería, etc.).

Comparando los precios de ese conjunto de productos en un determinado intervalo de tiempo, se obtiene la tasa de variación del IPC, que sería indicativa de la inflación. En concreto, la fórmula matemática se expresaría del modo siguiente: [IPC actual – IPC pasado) / IPC pasado] x 100

Tipos de inflación

Brevemente, estos son los tipos de inflación más habituales:

  • Deflación o inflación negativa: se trata de la disminución de precios de los bienes y servicios durante un determinado período, algo que no es habitual.
  • Baja inflación: es aquella que oscila entre el 2-3 % anual.
  • Inflación moderada: es superior a la anterior, pero sin exceder el 10 % anual.
  • Inflación alta o galopante: cuando se producen aumentos de precios de dos dígitos en el plazo de un año.
  • Hiperinflación: sucede en los casos de tasas de inflación de tres o, incluso, cuatro dígitos.

La inflación más habitual y saludable es la que llamamos «baja», ya que suele ir vinculada a un crecimiento moderado y sostenible de la economía de un país.

¿Cómo afecta la inflación a tus ahorros?

Como ya sabrás, la inflación implica una pérdida de valor del dinero y, por tanto, un menor poder adquisitivo con el simple paso del tiempo.

Puedes verlo fácilmente con un ejemplo:

Imagínate que ganas 1.500 € al mes y tu cesta de la compra semanal te supone un gasto de 100 €. Si la inflación se situase en un 10 % anual, al año siguiente, esa misma cesta te costaría 110 €. Por tanto, tendrías que dedicar una mayor parte de tu sueldo a comida.

De este modo, tu dinero vale menos con el transcurso del tiempo. En consecuencia, no es viable simplemente acumular efectivo (más allá de un suficiente fondo de emergencia), ni limitarse a depósitos bancarios o productos que no puedan contrarrestar o superar la tasa de inflación.

Así, piensa que, si el banco te ofreciese un 2 % de rentabilidad en un depósito, pero la inflación fuese del 7 %, realmente estarías perdiendo un 5 % del valor de tu dinero cada año.

Invertir: la mejor solución para combatir el impacto de la inflación

Por tanto, la mejor forma de contrarrestar los efectos negativos de la inflación en tus ahorros es invertir en productos financieros que puedan igualar o, idealmente, superar la tasa de inflación. Y es que, si antes invertir era un lujo solo disponible para las personas más formadas en el tema, ahora se ha convertido en una auténtica necesidad para todo el mundo, pues es lo único que te va a permitir preservar el poder adquisitivo de tus ahorros. A continuación, te muestro algunas ideas de inversión que pueden ayudarte a conseguirlo.

De todos modos, recuerda informarte bien de las características de cada tipo de activo, así como de diversificar y adecuar tus inversiones a tu perfil de riesgo personal.

1. Invertir en renta variable: acciones, fondos y ETF

La renta variable es uno de los tipos de inversión que tienen mayor potencial de rentabilidad y, por tanto, más posibilidades de superar la tasa de inflación.

Puedes encontrar distintas opciones para llevar a cabo esta inversión:

  • Acciones individuales: si tienes ciertos conocimientos, experiencia y suficiente capital, podrías invertir en un conjunto de acciones bien diversificadas. Además de la revalorización, algunas acciones pueden proporcionarte dividendos periódicos.
  • Fondos de inversión: te permiten invertir en un gran conjunto de acciones de forma sencilla y con poco dinero. Puedes encontrar fondos sectoriales, que invierten en determinados tipos de empresas, o fondos indexados, que te permiten adquirir una participación en todas las acciones de un índice (por ejemplo, el S&P 500).
  • ETF: los Exchange Traded Funds o fondos cotizados son similares a los anteriores, pero cotizan en bolsa y suelen tener comisiones muy bajas.

En cualquiera de estos casos, lo mejor es que hagas compras promediadas a lo largo de varios meses. De este modo te aseguras de no entrar en el peor momento del mercado con todo tu capital, y tampoco te quedarás paralizado pensando si 2023 es o no un buen año para invertir ante una posible recesión.

2. Renta fija

Los productos de renta fija (como bonos y obligaciones) suelen ofrecer rentabilidades más bajas que la renta variable, debido principalmente a que suelen ser menos arriesgados (si se eligen de forma adecuada). En cualquier caso, son una buena incorporación a una cartera diversificada.

Una de las opciones más interesantes en épocas inflacionarias son los llamados TIPS o bonos protegidos contra la inflación. Se trata de bonos emitidos por el Tesoro de los EE.UU. (o país correspondiente) cuyo rendimiento está ligado a la inflación. En consecuencia, te permiten obtener una buena rentabilidad, compensando los efectos negativos del crecimiento de precios.

3. Inversión inmobiliaria para combatir la inflación

Los bienes inmuebles pueden ser también una buena opción para conservar el valor de tu patrimonio en épocas de elevada inflación, pues su precio suele seguir aumentando a buen ritmo en estos escenarios.

Si tienes suficiente patrimonio, puedes invertir en inmuebles directamente. En caso contrario, podrías utilizar productos financieros como los REIT o SOCIMI (sociedades de inversión inmobiliaria que cotizan en bolsa) o, incluso, acudir a plataformas de crowdfunding inmobiliario. Así podrás diversificar tus apuestas sin concentrarlas en un único activo, y sin necesidad de un gran capital.

4. Oro y materias primas

Este tipo de activos suele comportarse muy bien en épocas de alta inflación. En particular, el oro siempre ha sido un activo refugio que añadía estabilidad a la cartera, y cuya rentabilidad estaba descorrelacionada respecto de la de otros tipos de activos.

5. Criptomonedas e inversiones alternativas

Aunque sea un momento difícil para las criptomonedas, pueden seguir teniendo su hueco en una cartera diversificada, para inversores que estén dispuestos a asumir un mayor nivel de riesgo.

Como inversiones alternativas, también podemos mencionar el arte, whisky, relojes de lujo, etc. Como ya sabrás, pueden ser un buen refugio en épocas inflacionarias, ya que tienden a conservar bien su valor (o, incluso, a incrementarlo). No obstante, estos activos requieren ciertos conocimientos del mercado y no son adecuados para todas las personas.

Conclusión. Ahorra e invierte para hacer frente a la inflación

En definitiva, como ya he mencionado más arriba, hoy en día es imprescindible invertir si quieres, al menos, mantener el poder adquisitivo de tu dinero.

Ahorrar no es suficiente.

Por suerte, esto es hoy en día más fácil que nunca, gracias a la existencia de brókeres online y a la gran oferta de productos de inversión sencillos y asequibles (por ejemplo, los ETF indexados, que son uno de mis productos preferidos).

Por otra parte, tampoco deberías descuidar el flanco de los ingresos, ya que siempre es posible investigar formas de incrementarlos. Por ejemplo, en este enlace puedes descargar una sencilla guía para generar ingresos pasivos.

Hasta el próximo artículo, ¡te deseo unas muy felices inversiones!

Foto de Aaron Kittredge

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