La mayoría de decisiones que tomamos a lo largo del día están relacionadas con el dinero. Ir al trabajo usando transporte público o coger un taxi, comer un sándwich de la máquina o llevarse comida de casa, comprar algo ahora o esperar a las rebajas.
Soy una defensora del ahorro, de hecho, me habrás oído decir que el ahorro debe convertirse en una filosofía de vida, que nos ayudará a vivir con mayor tranquilidad. Pero, ¿qué ocurre cuando ahorrar se convierte en una obsesión? ¿qué ocurre cuando dejamos de disfrutar o de hacer cosas que nos hacen felices solo por ahorrar?
El camino del ahorrador/inversor es largo, por eso mi recomendación es que disfrutes de aquello que te gusta y recortes miserablemente en lo que no. No te vas a hacer rico de un día para otro, y si tu situación económica no es buena tampoco pasarás a tener mucho dinero ahorrado en la cuenta de la noche a la mañana.
Olvídalo, no hay fórmulas mágicas.
Los resultados necesitan tiempo. Por eso es importante empezar cuanto antes. Vive con una cultura de ahorro, pon el foco en controlar tus gastos, ordenar tu economía, cancelar deudas y busca la manera de formarte, aprender y aumentar tus ingresos.
Estas son las principales consecuencias de ahorrar de forma compulsiva:
- Valorar el dinero sobre el tiempo
El dinero es una herramienta, un medio que nos permite conseguir las cosas que queremos o necesitamos. Y aunque creo que todos lo sabemos, a veces se nos olvida que el dinero se puede perder o recuperar, pero el tiempo, tu tiempo, NO. ¿Por qué te digo esto? Porque a veces cuando nos proponemos ahorrar olvidamos esto. Te pongo un ejemplo.
Imagina que acabas de volver de un viaje por trabajo y has estado 3 días fuera de casa. Estás deseando llegar a tu hogar, con tu familia y tienes las siguientes opciones:
- a) Coger el autobús que cuesta 5 €
- b) Coger un taxi que estimas te cueste unos 20 €
A priori puede que eligieras ir en autobús, es más barato, pero… ¿Cuánto tiempo te cuesta? En autobús tienes que esperar media hora a que llegue el tuyo y además el trayecto dura 1 hora debido a las paradas que tiene que hacer. En total, calculas hora y media y no te deja en la puerta de tu casa. Después tienes que recorrer otros 10 minutos andando cargado con el equipaje.
El taxi lo coges ahora mismo y en 25 minutos te deja en la puerta de tu casa.
Puedes pensar que estás pagando 4 veces más por el mismo trayecto, pero ahorras una hora de tu tiempo que puedes dedicar a otra cosa.
Mi recomendación es que siempre que puedas elegir entre dinero y tiempo, elijas tiempo.
- Elegir mal en qué ahorrar
Hay personas que se obsesionan intentando ahorrar al milímetro en pequeñas partidas. A la hora de ahorrar tenemos que ver en qué nos interesa ahorrar y donde no. Dicho de otra manera, qué acciones me pueden permitir un mayor ahorro. Un ahorrador compulsivo es capaz de recorrer varios supermercados para comprar un producto algo más barato. Sin embargo, esta acción quizás no le permita un gran margen de ahorro. Sería más productivo buscar el ahorro en otras partidas más grandes como, por ejemplo, revisar el gasto en suministros y hacer un consumo más eficiente. Revisar los seguros que tenemos contratados en casa y hablar con diferentes compañías buscando una rebaja en el servicio. Igualmente revisar las suscripciones a revistas o canales que no utilizamos, aquí podríamos incluir pagar la mensualidad de un gimnasio al que no vamos.
- No disfrutar
Cuando el ahorro se convierte en una obsesión, una persona no es capaz de encender las luces de su casa en un intento de reducir la factura hasta que prácticamente es de noche, visten ropa vieja o deslucida para no gastar dinero en ropa. E incluso no salen a comer o cenar fuera a no ser que los inviten.
- No tener un plan
Es fundamental ahorrar, de hecho, el ahorro es necesario para construir cada etapa de nuestra vida. Por eso es importante que definas qué quieres y que destines tus recursos a conseguirlo. El siguiente ejercicio te puede ayudar a definir tus OBJETIVOS de ahorro:
- Define qué quieres conseguir, un coche, una casa, un viaje… Esta será la brújula que te ayudará a tomar decisiones coherentes y a comprometerte con eso que quieres. Tu objetivo debe ser realista, medible y acotado en el tiempo.
- Establece qué estás dispuesto a hacer para conseguirlo.
Imagina que quieres ahorrar para comprar un coche de segunda mano. Para ello necesitas ahorrar 3.000 € en un año, o lo que es lo mismo, 250 €/mes. Ahora que sabes lo que necesitas ahorrar, establece qué acciones vas a tomar: puedes revisar tu presupuesto y por ejemplo reducir tu partida para el ocio, hacer horas extras en tu trabajo, solicitar un préstamo, pedir dinero prestado a amigos o familiares, etc.
Conclusiones
Hay una delgada línea que separa el ahorrador del tacaño. De hecho, puede que alguna vez hayas sobrepasado esta línea.
Aprender educación financiera y aprender sobre el dinero nos da mayor libertad y nos ayuda a vivir como un ahorrador (persona que ahorra con un objetivo) y no como un tacaño (persona que ahorra simplemente por acumular dinero). No hay fórmulas mágicas y nadie se hace rico de la noche a la mañana. Los resultados necesitan tiempo, por eso es importante empezar cuanto antes y tener la capacidad y la humildad de aprender. Así que disfruta del presente, vive la vida y ten un ojo puesto en el futuro.