Siempre es una tentación para el hombre huir del esfuerzo que supone un análisis profundo de la realidad, pero ocurre que sólo en ese esfuerzo encontramos claridad, sentido y recompensa.
En la gestión activa en renta variable, el gestor capaz hace un esfuerzo de análisis y profundización sostenido en el tiempo. Ese esfuerzo es imprescindible para conocer a fondo los negocios en los que invierte, porque una empresa es siempre una realidad compleja, viva y cambiante. El trabajo de análisis y profundización de un gestor activo consiste en: viajar a la empresa; escuchar al equipo directivo; estudiar a los competidores; conocer la naturaleza del negocio; repasar a fondo su evolución y su historia; identificar sus ventajas competitivas y sus debilidades; comprender el sector en el que opera; analizar los números con rigor y exigencia; y, después, hacer un seguimiento continuo de la evolución de todas estas realidades en el tiempo.
Nosotros como ahorradores también podemos elegir hacer el esfuerzo o ahorrárnoslo. Si no queremos hacer el esfuerzo que exige encontrar un gestor activo de garantías, la mejor opción es la inversión en fondos indexados en renta variable. Pero si estamos dispuestos a profundizar y a analizar a los gestores activos, vale la pena dedicar el tiempo y el esfuerzo requerido hasta comprender cómo trabaja el gestor; si es propietario de su gestora; qué filosofía sigue y en qué medida es riguroso en su aplicación; si cumple las condiciones de carácter requeridos para una inversión a largo plazo; si su trabajo de análisis tiene el rigor y la calidad requeridos; si es flexible y autocrítico; y, por último, si dedica tiempo a pensar por sí mismo, con independencia, profundidad e imaginación.
Photo by Markus Spiske on Unsplash