“Con El espejismo humanitario, Raich no busca idealizar la actividad humanitaria, sino más bien lo contrario. Busca mostrarla tal cual él la ve, con sus grandes virtudes, pero también con sus abundantes defectos, porque, según sus palabras: “A la larga, ello ha de redundar en una ayuda más honesta, creíble, transparente, profesional y eficaz””.