Una palabra verdadera, incluso pronunciada por un solo hombre, es más poderosa, en ciertas circunstancias, que todo un ejército. La palabra ilumina, despierta, libera. La palabra tiene un poder: es el poder de los intelectuales, el poder de los sin poder.
Más allá de la crítica y la denuncia, este ensayo constituye un minucioso análisis, una disección de las mentiras y la manipulación en las que se sustenta el sistema comunista, que aparece desnudo, desenmascarado por la palabra de Havel.
Este ensayo constituye un grito de libertad: libertad de reflexión filosófica y política. Es una llamada a la vida en la verdad, al despertar de la conciencia y a la responsabilidad individual. Hasta que la apariencia no se confronta con la realidad, no parece una apariencia; hasta que la vida en la mentira no se confronta con la vida en la verdad, falta el punto de referencia que revele su falsedad.