Este libro, que, como toda la obra de Galbraith, lucha contra el tópico y el lugar común, trata, sobre todo, de una condición de progreso duradero. Su idea principal es que la producción de bienes y servicios es la medida del éxito de la civilización, de su economía y de sus logros sociales.
Aunque la vida económica es, incesante y constitutivamente, incierta, cuando el presente es de abundancia, el pensamiento se aparta del futuro. Sin embargo, nadar en la abundancia debe exponernos a la necesidad de pensar. Especialmente en esta época, en la que el más suave crítico es considerado un león, al contrastar con el criterio general.
La opulencia determina decisivamente nuestra visión del mundo y nuestra conducta económica. En qué medida y de qué manera lo hace es el tema central de este lúcido ensayo.
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