“En todos los ámbitos de la vida, no vivimos de certezas, sino de probabilidades. Por ese motivo, para tomar decisiones debemos evitar la comodidad mental de seguir al rebaño, o repetir patrones o creencias. Merece la pena esforzarnos para reflexionar libremente y con precisión sobre la realidad que nos rodea. En inversión, como en todo lo demás, acierta a largo plazo el que consigue ser más racional y objetivo, aquél que está dispuesto a hacer ese esfuerzo cotidianamente, una y otra vez, sin dejarse arrastrar por el grupo”.
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