Este libro es un esclarecedor ejercicio de memoria que ofrece una historia cuantitativa de las crisis financieras del pasado. En esencia, el mensaje es simple: hemos estado aquí antes. Esto sucede porque países, instituciones e instrumentos financieros pueden cambiar a través del tiempo; no así la naturaleza humana.
Reconocer las analogías y los antecedentes es un paso decisivo para la mejora del sistema financiero mundial, reduciendo el riesgo de crisis futuras o mejorando el tratamiento que se da a las mismas una vez que se presentan. Si existe un factor común, este es el hecho de que una excesiva acumulación de deuda –en gobiernos, bancos, empresas o consumidores- conlleva unos riesgos estructurales superiores a lo que acostumbra a pensarse.
¿Qué hemos aprendido del pasado? Que sería especialmente útil llevar un registro de las principales series macroeconómicas sobre deuda y sobre el precio de la vivienda, y calibrarlas a la luz de los parámetros históricos que se desprenden de las grandes crisis financieras del pasado. No obstante, la evanescente memoria de acreedores y deudores, de gobernantes y académicos, no parece mejorar con el paso del tiempo, de manera que cualquier lección de política o de supuestos expertos sobre cómo evitar el siguiente derrumbe tiene, en el mejor de los casos, un alcance parcial. En última instancia, tampoco en asuntos económicos hay nada nuevo… salvo lo que se ha olvidado.
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