A la hora de analizar cualquier tipo de inversión, sea o no en un activo financiero, es necesario analizar dos aspectos clave. Por un lado, está la rentabilidad potencial de esa inversión, que es algo que nadie deja de lado a la hora de buscar formas de rentabilizar sus ahorros. Por otro lado, está el riesgo de la inversión, que tiene también una importancia crítica, aunque muchas veces se vea eclipsado por promesas de rentabilidades excepciones en poco tiempo.
Estos dos factores están relacionados entre sí, pero de una forma diferente a lo que la mayoría de la gente cree. En este artículo veremos la razón por las que el modelo tradicional de relación directa entre la rentabilidad y el riesgo no es aplicable en los mercados financieros si seguimos la filosofía del value investing.
El Modelo Clásico de Binomio Rentabilidad-Riesgo
El modelo clásico de binomio rentabilidad-riesgo establece que el rendimiento potencial aumenta a medida que aumenta en el riesgo en una inversión.
Podemos ver esta relación entre rentabilidad y riesgo en el siguiente gráfico:
Fuente: Investopedia
Usando este principio, los individuos asocian bajos niveles de riesgo con bajos rendimientos potenciales y altos niveles de riesgo con altos rendimientos potenciales. De acuerdo este modelo, el dinero invertido puede generar mayores ganancias sólo si el inversor acepta una mayor posibilidad de pérdidas.
Es cierto que lo habitual es que la rentabilidad y el riesgo estén relacionados de forma directa en la mayoría de las inversiones. Los activos con mayor riesgo suelen ofrecer una mayor rentabilidad y viceversa. No obstante, eso no sucede siempre. Como veremos, hay ocasiones en las que la relación entre rentabilidad y riesgo se invierte, convirtiéndose en muchos casos en grandes oportunidades de inversión.
El Precio y el Binomio Rentabilidad-Riesgo Invertido
Para entender esta inversión en la relación directa entre la rentabilidad y el riesgo, es necesario entender la relación de cada uno de estos factores con el precio que pagamos por un activo.
Por un lado, cuando decidimos comprar un activo, existe el riesgo de pagar por éste un precio superior al valor que puede generar a largo plazo. Por lo tanto, cuanto menor es el precio que pagamos por un mismo activo, menor es el riesgo de pagar demasiado por él.
Además, la rentabilidad está relacionada también con el precio que pagamos por un activo. Entonces, cuanto menor es el precio que pagamos por un mismo activo, mayor es su rentabilidad potencial.
Como vemos, tanto la relación de la rentabilidad y el riesgo con el precio pagado por un activo es inversa. Por lo tanto, si pagamos un precio menor por un activo, la rentabilidad será mayor, pero su riesgo será menor. Como vemos, la relación entre rentabilidad y riesgo no es directa, sino todo lo contrario. En otras palabras, se invierte el binomio rentabilidad-riesgo que debería darse en teoría.
Esta inversión del binomio es aplicable en cualquier tipo de inversión, ya sea inversión en acciones, inversión pasiva, inversión en arte o en cualquier tipo de activo real o financiero.
Ejemplo aplicado a la inversión en bolsa
La mejor forma de entender esto es mediante un ejemplo.
Imagínate que compras una acción por 10€ que, según tus cálculos, vale 20€. En este caso:
· Tiene un 100% de potencial.
· El riesgo es que valga menos de 10€
Ahora imagínate que el precio de la acción ha caído un 50%. Si compras esa misma acción por 5€, siempre que su valor intrínseco no haya cambiado, pasaría lo siguiente:
· Tiene un 300% de potencial.
· El riesgo es que valga menos de 5€
Como puedes ver, un mismo activo puede tener un menor riesgo y un potencial de rentabilidad mucho mayor sólo por un cambio de humor en Mister Market.
Por lo tanto, si queremos aprovechar las oportunidades que nos ofrece el binomio rentabilidad-riesgo invertido, debemos comprar acciones de empresas con potencial cuando su precio cae. Sé que no es fácil, ya que el efecto manada hace que sea complicado invertir contracorriente. No obstante, mantener la calma y actuar de forma racional en tiempos de locura es una de las mejores formas de lograr rentabilidades extraordinarias a largo plazo.
Reflexiones finales
En mi opinión, interiorizar el concepto del binomio rentabilidad-riesgo invertido es una de claves para tener éxito en la inversión en bolsa, ya que nos ayudará a ver las caídas como oportunidades de inversión que no sólo hacen que aumente nuestra rentabilidad potencial, sino que también reducen el riesgo de nuestra cartera.
Eso sí, será necesaria tener convicción en lo que compramos y fortaleza psicológica para comprar cuando la bolsa cae. En palabras de Peter Lynch:
“Todo el mundo tiene el cerebro suficiente para ganar dinero en bolsa, pero no todo el mundo tiene suficiente estómago. Si eres de los que es susceptible de vender toda tu cartera en los momentos de pánico del mercado, mejor que no inviertas en acciones.”
Me gustaría terminar este artículo con una frase de Warren Buffett en la que explica perfectamente la relación inversa entre rentabilidad potencial y riesgo en el value investing:
En ocasiones el riesgo y la recompensa están correlacionados de forma positiva. Si compras un billete de un dólar por 60 centavos, es más arriesgado que si compras un billete de dólar por 40 centavos, pero la recompensa esperada es mayor en el segundo caso. Cuanto mayor es el potencial de recompensa en una cartera value, menor es el riesgo.
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