Para invertir, es necesario conocernos. Antes de actuar, debemos saber si tenemos las condiciones de carácter adecuadas: si somos pacientes, si tenemos capacidad analítica, si en las situaciones adversas ofrecemos autocontrol y coraje, si sabemos vencer el miedo cuando llega, si tenemos convicciones robustas y si estamos armados con un criterio propio consistente.
Todos pensamos que contamos con todas estas virtudes, y aun con otras. Tendemos a la autocomplaciencia. Y olvidamos fácilmente nuestras debilidades y nuestros errores. Sin darnos cuenta, nos engañamos con frecuencia, en el análisis de nosotros mismos, en la lectura de la realidad y en la toma de decisiones de inversión.
Aprendemos a vivir y a invertir en la experiencia de los otros, y en nuestra propia experiencia. Estudiando a los mejores en este ámbito, y reflexionando sobre sus ideas y comportamiento, mejoraremos día a día nuestro comportamiento inversor. Y a través de nuestra propia experiencia como inversores, enriquecida por el análisis honesto de nuestros errores, la reflexión y la lectura, forjaremos un carácter, y llegaremos poco a poco a los niveles de convicción, autocontrol y autoconocimiento imprescindibles para invertir con sentido.
Photo by Gaetano Cessati on Unsplash