¿Recesión o no recesión? Cómo el análisis de los fundamentales nos puede ayudar a navegar estos periodos de incertidumbre.
Como Vladimir y Estragon, llevamos desde finales de 2018 esperando a una recesión que no parece llegar. Sí, ¡cinco años! No es ningún secreto que el mercado se encuentra «tembloroso», reaccionando bruscamente ante cualquier noticia ligeramente negativa que pueda indicar que ésta se acerca. A diferencia de los titulares que nos inundan cada día, nadie sabe si habrá una recesión, estamos en una recesión o ya ha habido una recesión. De hecho, ya nadie sabe ni qué es una recesión[1] y Alemania podría estar en una desde el primer trimestre. Tampoco olvidemos que una cosa es lo que ocurre en la economía, y otro el comportamiento de la bolsa. ¿Podría que la bolsa ya esté descontando una recesión?
Ante tanta incertidumbre, y de cara a navegar estos tiempos tempestuosos, como value investor me gusta volver a los fundamentales y analizar los datos disponibles. ¡Veámoslos!
- La gente sigue consumiendo. Si analizamos los últimos resultados de Visa y MasterCard, podremos observar que las ventas están en récords históricos. El CFO de Visa en ya en enero nos decía que ellos no ven ninguna recesión en 2023. Es decir, la gente sigue usando sus tarjetas de crédito y consumiendo más que nunca (obviamente los precios altos favorecen a estas empresas). Pero si vamos a los datos de consumo oficiales, observamos que las ventas y gastos de consumo personal (PCE) confirman la anterior declaración:
- El consumo es sensible a la inflación. Aunque el consumo se haya incrementado, la población empieza a priorizar en qué gasta sus ahorros. Abajo podemos ver cómo cada vez los estadounidenses comen menos fuera de casa:
- Las compañías siguen obteniendo beneficios récord. Los beneficios empresariales alcanzaron niveles récord en el primer trimestre. Además, el 79% de las compañías del SP500 reportaron unos resultados del primer trimestre mejores que lo esperado y se ha repartido una cantidad récord de dividendos, señalando que las empresas no desean acumular capital para una eventual recesión.
- Las compañías siguen expandiéndose. Las compañías siguen invirtiendo y la construcción de nuevas fábricas sigue creciendo mes a mes a pesar de las presiones inflacionarias. El CEO de Caterpillar, empresa líder en maquinaria de construcción, así lo confirmaba:
- La gente sigue volando. Si observamos el número de vuelos comerciales, veremos que no sólo estamos por encima de los niveles de 2019, sino en niveles récord históricos. Esta situación es reflejo de una economía activa y creciente, no de una economía en recesión.
- La gente está deseosa de viajar. En la última conferencia de Airbnb expresaban que tienen un 25% más de reservas para verano que el año pasado a estas alturas del año. La gente no sólo la gente tiene ganas de viajar en verano, sino que se han anticipado en los preparativos.
- El mundo utiliza cada vez más petróleo. Si analizamos las previsiones de demanda del petróleo para este año observamos que la demanda de petróleo a nivel global está en máximos históricos, y no para de crecer semana tras semana. En una recesión, la caída de actividad económica causaría una caída de la demanda del petróleo que hundiría el precio. Que el precio del petróleo esté entre $70 y $80 WTI ahora mismo, nos indica que no se espera una recesión.
Fuente: IEA
- Las empresas siguen contratando, y cada vez más. En EEUU, en el mes de mayo las contrataciones subieron en 339.000 personas. Actualmente, hay 4,4 millones más de puestos de trabajo sin cubrir, que personas desempleadas, siendo esta cifra un máximo histórico.
- El desempleo sigue estando en mínimos, y decreciendo. El desempleo en EE.UU. se encuentra en un 3%, ¡mínimos desde 1970! Es más, cada vez más adolescentes están prefiriendo unirse al mercado laboral en vez de perseguir una educación superior, haciendo que el desempleo en adolescentes entre 16 y 19 años esté en mínimos de 70 años (9,2%). Pero por otro lado las solicitudes iniciales de desempleo vuelven a subir con fuerza.
- Sigue habiendo liquidez disponible. Tras las últimas medidas monetarias adoptadas con la Reserva Federal estadounidense, la liquidez del sistema está asegurada. A diferencia de 2008, si hay una crisis, no será una crisis de liquidez.
- La gente vuelve a ahorrar. Es cierto que el ahorro va en detrimento del consumo, es decir, cuando uno ahorra está prescindiendo del consumo hoy, en pos de un consumo futuro. El ahorro vuelve a crecer a un ritmo muy acelerado y se vuelve a situar en niveles de 2009 (una vez pasada la crisis de 2008). De venir una recesión, la población se está preparando para ello. Sin embargo, hay que reconocer también el aumento del uso de tarjetas de crédito («deuda mala») para llegar a fin de mes. Esta disparidad nos muestra que el estatus de la población estadounidense es cada vez más desigual, y mientras un segmento de la población se puede permitir ahorrar, otro segmento (clase baja) está teniendo dificultades para afrontar sus pagos.
Por todo lo anterior, ¿podemos estar ante una profecía autocumplida? ¿Puede ocurrir una recesión si se la está esperando desde hace años y el mercado se ha preparado para ella? Ludwig von Mises en su libro La acción humana nos explicó que la economía, lejos de ser una ciencia exacta, es un sistema agregado de individuos dinámicos, que toman decisiones activas que dictan su futuro. El ser humano es un ser consciente y despierto, que va a tomar medidas que buscan mejorar su situación. Si sabe que viene una recesión, actuará para poner medidas para mitigarla o frenarla.
Si nos fijamos en el gráfico inferior, el suelo del sentimiento siempre ocurre al final de las columnas grises, que marcan los periodos de recesión. Es decir, el sentimiento es posterior a los datos, y la narrativa marca el sentimiento. ¿Podemos estar en una situación similar? En este artículo hemos presentado una radiografía de la situación actual, con datos que argumentan una postura y otra. Como dijimos al principio, nadie tiene la respuesta. Pero al menos ahora, usted y yo, sabemos en qué estado real de salud se encuentra la economía.
[1] En año pasado la Casa Blanca decidió muy oportunamente cambiar su tradicional y comúnmente aceptada definición de recesión (dos trimestres consecutivos de decrecimiento del PIB) a «recesión técnica». Esta intervención política llegó incluso a causar estragos en Wikipedia, donde partidarios de uno y otro bando, se peleaban por cambiar la definición.
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