Mi actividad inversora comenzó cuando era joven, contaba con unos 18 años y dado que mi padre había fallecido mis hermanos y yo recibimos nuestra herencia, y era mi madre quien se encargaba de gestionarla. Ella visitaba varios bancos pidiendo las mejores condiciones y en su mayoría o totalmente se colocó el dinero en letras del Tesoro, productos con una limitada rentabilidad pero con bastante seguridad. Eso ocurrió al principio de los años 80 del pasado siglo. Más adelante cuando empecé a trabajar un amigo que trabajaba en un banco me ofreció unas acciones de una OPA y adquirí una pequeña cantidad, más por compromiso que por deseo. Pero ello me llevó a escuchar un programa de radio que hablaba sobre la inversión en bolsa, y allí un conocido analista técnico de la época hizo una rotunda afirmación que se me grabó en la memoria”… es muy fácil conseguir un 50% de rentabilidad anual en bolsa…”. El analista en cuestión recomendó un libro para aprender que fue “Análisis técnico de la tendencia de los valores” de Edwars y Mcgee, lo que el calificaba como la Biblia de la bolsa. Yo me hice con aquel libro y lo leí, aunque no entendía bien como es posible que todos aquellos triángulos, banderas e incluso hombros cabezas hombros determinaran el movimiento futuro de los valores, tenía fe en lo que había dicho aquel señor, no había razón para no tenerla. El total de mis inversiones seguían estando en renta fija, si bien ya no necesariamente en letras, sino en fondos de renta fija o monetarios, que también tenían una rentabilidad limitada pero seguían sin suponer mucho riesgo de pérdida. Mientras tanto yo iba leyendo más libros, como “Análisis técnico explicado” de Pring, “Nuevos conceptos de inversión en bolsa”, también compré el libro “ Curso de bolsa” del Instituto Español de Analistas financieros, que ya introducía conceptos de análisis fundamental que me parecían más aburridos que los del análisis técnico. Hice un seminario en la Universidad y también tenia una parte de análisis fundamental pero lo que más nos gustó a todos fue la parte destinada al análisis técnico., todo aquello de indicadores, osciladores figuras charts etc que era tan divertido de ver. Me compre un ordenador y me hice con programas de análisis gráfico hasta que con el tiempo conseguí el famoso Metastock,. Y más adelante fui a Salamanca a realizar un curso de inversión en bolsa en tiempo real, que bien sonaba aquello, lo impartía un estadounidense muy simpático que me tuvo cinco tardes completas conectado a la bolsa de Wall Street. A raíz de aquello abría una cuenta con un broker y realicé alguna operación con resultados no muy alentadores. El dinero lo seguía teniendo en fondos pero ya alguno lo metía en renta variable, aunque la mayoría en renta fija o monetarios, y una pequeña parte en mi cuenta de inversión directa. Me suscribí a una revista americana “Technycal Análysis of stocks and commodities” que por supuesto se basaba en análisis técnico. En esa revista se anunciaban programas , sistemas, servicios de boletines y cursos, y acabé haciendo uno de ellos de un australiano que seguía a William Gann y que era capaz de predecir donde iba a acabar un índice en un momento futuro, yo eso último no lo he conseguido hasta la fecha a pesar de realizar su curso, y lo importante es que ante el desaliento de mis malas experiencias en mis compraventas directas en bolsa se producía en mí un bloqueo emocional y mental que me impedía seguir operando directamente en bolsa, aunque mis fondos seguían su evolución y alguno de bolsa tenían resultados buenos.
Más adelante hice otro curso de una empresa estadounidense que además de ofrecer la instrucción daba un sistema de señales o más bien una selección de acciones de entre las que se podía escoger para comprar o vender. Este curso se basaba en el sistema de Nicolás Darvas y que fue mejorado por William O Neill. Como se basaba en acciones estadounidenses abrí un a cuenta con un broker americano, pero la historia se repetía, alguna operación realizada y no muy buenos resultados que terminaban bloqueándome psicológicamente para seguir operando. Lo curioso es que al cerrar esta cuenta años después gané dinero pero no por compraventa de acciones sino por la diferencia del tipo de cambio entre el euro y el dólar, eso sí, esta fue una operación a largo plazo.
Desistí de seguir estudiando más cursos hasta que años después una oferta de emagister en mi móvil, que no se como llegó a mi email, me ofertaba un Master en mercados financieros y gestión de carteras por 87 €, y lo hice. Este tenía un módulo de análisis fundamental de más de 100 páginas y ahí aprendía algo de ratios y valoración de empresas, aunque el resto de módulos se basaban más o menos en análisis técnico y algo de psicología lo cual no estaba mal. Así que volví al estudio e interés por la bolsa y he vuelto a abrir una cuenta de broker, por cierto solo he realizado una operación en un ETF y no muy buena, pero no pierdo la manía de tener esperanza como decía Germán Coppini. Mientras tanto iba cambiando la orientación del grueso de mis inversiones que estaban en fondos, dado que un amigo me habló y bien de Bestinver, suscribí participaciones de Bestinfond, poco tiempo después el gestor estrella de la compañía, Francisco García Paramés, dejaba Bestinver, mala suerte, pero seguí invertido allí, dado que Paramés estaba condenado a no invertir durante dos años. Claro que sus compañeros que se fueron a la vez, sólo debían cumplir un año de ostracismo inversor, y pasó ese año, y crearon Azvalor, y como se rumoreaba cada vez con más fuerza que Paramés se uniría a ellos al cumplir su período de dos años entre en Azvalor. Sin embargo no fue así, Francisco García Paramés creó su propia compañía Cobas Asset Management, y entré en Cobas que es dónde tengo la mayoría de mis ahorros, aunque algo lo sigo teniendo en Bestinver y Azvalor, y un poquito en un fondo de China y otro de India.
Y ahora sigo con interés las conferencias de Value School a quien agradezco su iniciativa espero que con ellos aprendamos algo valioso para el resto de nuestras vidas como inversores.