Los 3 filtros básicos en la inversión indexada con criterios sostenibles
En el 2017 decidí investigar en el mundo de la inversión socialmente responsable. Por aquel entonces acabábamos de lanzar un proyecto de gestión automatizada de carteras (también conocidos como Roboadvisor) y tanto yo mismo como alguno de mis socios nos interesamos en cómo acercar la sostenibilidad también al mundo de la inversión y, más especialmente, a la inversión indexada por su eficiencia y bajos costes.
De todo este proceso aprendimos cómo acercarnos a la inversión sostenible desde tres perspectivas:
- Excluyendo industrias controvertidas: armas, tabaco, alcohol etc.
- Filtrando empresas por su cumplimiento de criterios ESG (Entorno, Social y buena Gobernanza).
- Invirtiendo en empresas que producen o suministran servicios que ayudan a cumplir alguno de los objetivos de desarrollo sostenible identificados por las Naciones Unidas. Esta es la llamada inversión de impacto o temática y podemos incluso escoger en qué objetivo(s) de desarrollo sostenible (ODS) estamos más interesados.
Alguien puede incluso invertir únicamente buscando el impacto positivo, siendo aún más purista. Ese inversor se alejará más aún de los índices principales. Esto es obvio, cuanto más filtraje o más selección, más alejados estaremos de los índices globales.
Sostenibilidad al cuadrado
Lo mejor de todo esto es que, hoy en día, hay suficientes índices que nos ayudan a alcanzar al menos uno de esos tres objetivos y, a veces, más de uno a la vez. Combinándolos podemos construir carteras de inversión que no solo cumplan esos objetivos, sino que además nos permitan alcanzar nuestros objetivos financieros. Dicho de otra manera, hoy se puede invertir de forma indexada y sostenible y obtener rentabilidades similares o, incluso, superiores.
Me gusta pensar que la inversión sostenible indexada nos ayuda a ser ‘sostenibles al cuadrado’. Sostenibles en el vehículo y sostenibles para nuestro bolsillo por las ventajas de sus bajos costes y eficiencia. Invertir con índices de forma sostenible nos abre el camino hacia esa inversión sabiendo lo que realmente hace el vehículo en el que invertimos ya que es una de las características de la indexación: sabemos en todo momento dónde invierte el índice seleccionado.
La inversión sostenible no es perfecta
La inversión socialmente responsable no es perfecta. Y esto es así tanto para la inversión sostenible indexada como la activa. A pesar de filtrar con esos 3 parámetros comentados más arriba, si nos ponemos a analizar en detalle, probablemente no todas las empresas encajarán al 100% en lo que a nuestro parecer es sostenible. Recordemos que los índices ESG filtran las mejores empresas siguiendo esos criterios del índice principal. Si buscamos la perfección probablemente no invertiremos nunca, lo cual sería una mala decisión para nuestro patrimonio sometiéndolo al efecto perjudicial de la inflación.
Pero la búsqueda de la perfección no debe ser una excusa para invertir de forma más responsable. La actividad humana por definición transforma, elabora, cambia, modifica. Y, por desgracia, esas actividades son generadoras de contaminación y tienen un impacto en nuestro entorno y en nuestra sociedad. Probablemente para la mayoría el punto tres es lo que concordaría con el ideal de sostenibilidad.
Pero fijémonos en que incluso esas empresas deben tener algo del punto dos. Es decir, no es sólo importante qué producto o servicio vendo y cuán sostenible es, sino cómo desarrollo mi actividad para producir o suministrar mi servicio de la forma más sostenible posible; y eso no es fácil. La oferta de fondos indexados y ETF con filtros ESG u orientados a tener un impacto positivo no hace más que crecer (hay más de 750 ETF con filtros ESG), por lo tanto, no hay excusa para empezar. A medida que se amplíe esa oferta podremos ser más y más exigentes con nuestra selección en la inversión y acercarnos más a la perfección.
Pero hasta que llegue ese momento, no hay excusas. La oferta actual de índices para invertir nos hace ser ahora mismo muy optimistas y nos permite ser responsables con nuestra inversión y aportar también nuestro granito de arena sabiendo dónde invertimos nuestros ahorros. Por eso apostamos a que en pocos años la inversión será sostenible o no será.
Foto de Tara Winstead en Pexels