Este es un libro de historias breves sobre aquello que no cambia en un mundo cambiante. Cuando uno se centra en lo que nunca cambia, deja de intentar predecir acontecimientos inciertos y dedica más tiempo a entender los comportamientos atemporales. Morgan Housel nos invitar a seguir ese camino.
Una peculiaridad permanente de la conducta humana es la fascinación por la complejidad, por la estimulación intelectual y por la tendencia a dejar a un lado cosas que son simples, pero muy efectivas, a favor de cosas que son complejas, pero menos efectivas.
Podemos cuantificar casi todo menos los estados de ánimo, las esperanzas, los rencores y las expectativas de las personas. A esto se debe que la historia sea la concatenación permanente de acontecimientos desconcertantes.