¿Qué gastos te vienen a la cabeza cuando hablamos de ahorro? Lo más habitual es que sean los gastos del día a día, desde el café de la mañana, hasta las cañas con los amigos o las salidas a cenar con tu pareja, hasta la factura energética o las suscripciones de streaming.
Son los gastos que todos tenemos en la cabeza y los que nos esforzamos por controlar. Hacerlo está bien, pero dista mucho de ser la mejor estrategia para ahorrar de verdad. La razón es muy sencilla: tu futuro financiero depende más de cuatro o cinco grandes decisiones en la vida que de estos pequeños ahorros.
Para ahorrar de verdad hay que dejar de preocuparse por las pequeñas cosas y centrarse en las grandes victorias.
El mejor ejemplo es la compra de una vivienda. Elegir bien la casa en la que quieres vivir y acertar con la hipoteca tendrá más impacto que todos los cafés que puedas ahorrarte a lo largo de la vida.
¿No me crees? Hagamos números. Eliminar el café del mediodía en el trabajo supondrá al cabo de 40 años 16.560 euros suponiendo que cueste 1,5 euros (sin ajustar a la inflación, por supuesto).
¿Cuánto crees que podrías ahorrar si escoges bien la casa y su hipoteca? La cifra dependerá de cada caso, pero puede multiplicar por cinco ese ahorro fácilmente simplemente teniendo en cuenta la hipoteca y hacer un único movimiento: ahorrar para evitar firmar una hipoteca demasiado larga.
La fiesta de tipos de interés bajos e hipotecas al 1 % nos ha hecho olvidar el efecto de endeudarse a largo plazo y cómo esa bola de nieve del interés compuesto que nos beneficia al invertir se vuelve en nuestra contra.
En números, imagina el siguiente caso:
- Vivienda de 170.000 euros.
- Hipoteca fija al 4 %.
Si aportas 60.000 euros y firmas una hipoteca de 110.000 euros a 30 años, pagarás en intereses la friolera de 87.569 euros. Al final, la casa habrá costado 268.416 euros.
Ahora imagina que no te endeudas a 30 años, sino que lo haces a 15 años. La cuota será mayor, pero a cambio reducirás los intereses totales a más de la mitad, ‘apenas’ 40.384 euros.
Imagina ahora que esperas un poco más para comprar la casa y que aportas 10.000 euros más. Tu hipoteca será de solo 100.000 euros. A 30 años los intereses se quedarán en 80.385 euros, mientras que a 15 años los intereses serán de 37.070 euros.
Y todo esto sin entrar en pensar bien qué casa te quieres comprar y dónde lo vas a hacer. Es decir, sin valorar lo que puedes ahorrar por comprar en un barrio frente a hacerlo en otro que está al lado o mudarte a la periferia. Por ejemplo, la diferencia en una ciudad como Donostia – San Sebastián entre comprar casa en el centro o en un barrio como Alza (a 15-20 minutos en coche o transporte público) es de más del doble, lo que se traduce en 200.000 euros.
Este es el tipo de gasto que de verdad deberías pensar, repensar y planificar, en lugar de sudar y darles vueltas a los pequeños gastos hormiga que, sí, te pueden ayudar a ahorrar, pero a cambio de un enorme esfuerzo mental y de fuerza de voluntad.
Dentro de esta categoría entran gastos como comprar el coche y no solo cuál comprar, sino cada cuánto hacerlo. En otras palabras, ¿de verdad necesitas cambiar de coche cada 4,5 años? También tu boda, que es un día especial, pero no debería comerse todos tus ahorros, ciertos gastos con los niños y, en general, grandes compras que tienen un alto impacto en tus finanzas.
Una forma de escoger estos gastos es recordar las reglas del conscious spending o consumo consciente de las que ya te hablé con anterioridad (aquí puedes verlas). Así podrás enfocar tu dinero en lo que realmente te hace feliz.
Y si pese a todo quieres controlar esos pequeños gastos, puedes ver el artículo que escribí el año pasado con dos herramientas para no caer en las compras compulsivas.
Foto de Vetrova Z