¿Qué tienen en común Southwest Airlines, la producción de Toyota, la seguridad de Chicago, Wikipedia o Linux? Se trata de sistemas basados en la cooperación humana, y no únicamente en la compensación por incentivos, sanciones o control jerárquico.
Durante décadas, hemos diseñado sistemas basados en las tendencias egoístas del hombre. Podemos hacerlo mejor. Podemos diseñar sistemas que permitan que nuestra humanidad se exprese más plenamente, aprovechando los efectos positivos del enorme potencial para la cooperación presente en la sociedad. La cooperación y el beneficio pueden coexistir. Los sistemas que favorecen la cooperación en las organizaciones crean un sentimiento de pertenencia y de comunidad que se traduce en un rendimiento mayor. Además de las compensaciones materiales, las organizaciones deberían aprovechar las motivaciones intelectuales y sociales de sus empleados.
Nuestros cerebros se iluminan cuando cooperamos con otros humanos. Cooperar nos hace felices. Podemos confiar y confiamos, y nos comportamos de forma digna de confianza. No todos, ni constantemente. Pero mucho más de lo que nos hemos permitido asumir durante mucho tiempo. Ahora estamos en disposición de aplicar esas lecciones para mejorar los sistemas en los que vivimos y trabajamos.
Resumen
Vídeo