Este libro pretende combatir todas las formas de teología política, ofreciendo una visión secular de por qué todo depende de lo que hagamos juntos con nuestro tiempo. El declive de la fe religiosa en la eternidad no es algo que lamentar. Por el contrario, nos brinda la oportunidad de explicitar y fortalecer nuestra fe secular en esta vida como un fin en sí mismo.
Nuestra lealtad y entrega a las personas y a los proyectos que queremos es inseparable de la sensación de que no puedo darlos por sentado. Nuestro tiempo con familia y amigos es precioso porque hay que sacarle el máximo provecho. El tiempo que pasamos juntos queda iluminado por la sensación de que no va a durar para siempre y de que tenemos que cuidarnos unos a otros porque nuestras vidas son frágiles.
El sentido de finitud –la sensación de fragilidad final de todo lo que nos importa- es la esencia de lo que se denomina en este libro fe secular. Tener fe secular es entregarse a una vida que terminará, y dedicarse con total entrega y compromiso a proyectos que pueden fracasar o malograse.