Rara vez nos tomamos una pausa para reflexionar, y mucho menos cuestionar, la revolución que la tecnología está causando a nuestro alrededor: en nuestros hogares, en nuestros lugares de trabajo, en la calle y en la escuela. Sin embargo, debemos asumir que el futuro del conocimiento y la cultura ya no se encuentra, como antes, en la oralidad, los libros o los periódicos, sino en archivos digitales difundidos por internet a la velocidad de la luz. A largo plazo, el contenido de un medio importa menos que el medio en sí mismo a la hora de influir en nuestros actos y pensamientos. Así, como ventana al mundo, y a nosotros mismos, un medio popular tan masivo como internet está moldeando a cada instante lo que vemos y cómo lo vemos, y poco a poco, nos está transformando como individuos y como sociedad.